domingo, 22 de febrero de 2009

Manifiesto sobre lechugas

No suelo comer lechuga porque, como todo macho, soy un predador carnívoro. Pero bueno, igualmente tuve que ir a la verdulería, lo que ha generado en mí una serie de cuestiones filosóficas. Habrá una predisposición genética, un don de Dios, distribuido en cada nación diferente que haga con que todos los bolivianos sean verduleros, que todos los chinos sean dueños de un mercadito en la esquina?
Y si así es, por que, POR QUE están todos acá? Que acaso no hay verdulerías en Bolivia o mercaditos en China? Entonces tuve un momento iluminado...
Como no pensaron en eso antes? Evo tiene que saber, quien necesita gas, petroleo? No, no, Evo! La solución no está ahí! La solución está en la creación de centenas, miles de verdulerías, una cadena de verdulerías bolivianas, esa vez en su propio país! No tenés que exportar a miles de personas genéticamente dotadas para el pesaje de la naranja, la elección de las berenjenas! Te garantizo que el país sale adelante! Vamos, Evo! Poné más guita! Regalales verdulerías a los bolitas!

No hay comentarios: